CUIDADOS PARA UN IMPLANTE
Un implante es mucho más delicado que el propio diente y por tanto hay que cuidarlo más.
Un implante es mucho más delicado que el propio diente y por tanto hay que cuidarlo más.
El 70% de los niños celiacos presentan problemas en el esmalte: exceso de caries, manchas pardas o amarillas, tendencia a que se rompan puntas de los dientes o a que se astillen. Pero su salud bucal siempre puede mejorar.
Por eso, en muchas ocasiones, una buena clínica dental se pueden detectar estos síntomas y alertar a los padres de la posibilidad de que la hija o el hijo sean alérgicos al gluten.
Los problemas bucales (caries, periodontitis, mal oclusión) hacen descender el rendimiento deportivo y están relacionados con la mayor propensión a padecer lesiones. La alimentación (carbohidratos, bebidas isotónicas), la sequedad bucal y la tensión mandibular que sufre los s durante un esfuerzo prolongado repercuten en la boca, por eso, los amantes del deporte debéis acudir al dentista periódicamente.
Cuando una encía sangra hay que “escucharla” porque está pidiendo ayuda. Nos está alertando de que en su interior se ha formado sarro y que las bacterias están multiplicándose en él. Si descuidamos a nuestras encías, podemos llegar a perder ese diente.
Padecer sequedad bucal no sólo es molesto, además es peligroso para la salud. La saliva tiene una función protectora. Si disminuye, hay más posibilidades de padecer caries o infecciones. Un buen dentista sabrá cómo solucionar este problema.
Cuando una encía sangra hay que “escucharla” porque está pidiendo ayuda. Nos está alertando de que en su interior se ha formado sarro y que las bacterias están multiplicándose en él.
Si dichas bacterias continúan avanzando, podrían arrasar el tejido periodontal que une la raíz al hueso alveolar. En definitiva, el diente ya no estaría sujeto y sería el principio del fin.
La caries es una enfermedad infecciosa, una de las más extendidas en todo el mundo, fruto de la confluencia de varios factores. La provocan las bacterias que habitan la boca humana cuando entran en contacto con los alimentos. Pero, cada individuo tiene su propia colonia bacteriana y de su número y composición dependerá que la persona tenga tendencia a tener caries o no.