LA SALUD DE TU BOCA INFLUYE EN EL DEPORTE QUE HAGAS
Los problemas bucales (caries, periodontitis, mal oclusión) hacen descender el rendimiento deportivo y están relacionados con la mayor propensión a padecer lesiones. La alimentación (carbohidratos, bebidas isotónicas), la sequedad bucal y la tensión mandibular que sufre los s durante un esfuerzo prolongado repercuten en la boca, por eso, los amantes del deporte debéis acudir al dentista periódicamente.
El deporte es salud siempre que se realice con sentido común y con un completo respeto por el propio cuerpo. La Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) y la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) han realizado un informe “Salud Periodontal, deporte y calidad de vida” dónde se relaciona el descenso del rendimiento deportivo con los problemas bucodentales.
Sangrado de encías, peor respiración
Cuando las encías sangran es que existe una inflamación que puede ser reversible (gingivitis) o crónica (periosontitis). Las bacterias que están presentes en estos focos infecciosos de la boca pasan, por el torrente sanguíneo, a cualquier parte del cuerpo y , por ende, pueden llegar al corazón, los pulmones o el sistema digestivo.
Sobre todo, si se trata de una periodontitis avanzada (retracción de la encía, pérdida de hueso, movilidad dental) ésta puede hacer perder al paciente capacidad respiratoria.
Una boca enferma, con este tipo de infección crónica, puede acarrear problemas musculares, aumento de la fatiga y una mayor capacidad de recuperación frente a una lesión.
Riesgos del deporte para la boca
La actividad deportiva es totalmente recomendable para mantener la salud y, lo que es bueno para el cuerpo, es bueno para la boca siempre.
Sin embargo, hay que tener una serie de precauciones: el consumo de bebidas isotónicas altamente azucaradas y de carbohidratos provocan una mayor acidez en nuestra boca y mayor riesgo de caries.
Esto, unido a la sequedad bucal que que provoca un esfuerzo deportivo hacen que la boca quede más desprotegida ante los ataques ácidos de las bacterias. Puesto que la saliva tiene componentes que equilibran esta acidez, al disminuir, se reduce nuestra barrera defensiva.
Tensión en la boca, dolor de cuello y espalda
El estrés hace que muchos deportistas en pleno esfuerzo aprieten fuertemente la mandíbula. También en periodos de mucha exigencia y tensión los parcticantes de algún deporte pueden apretar y rechinar los dientes mientras duermen (bruxismo).
Esta tensión mandibular puede generar dolores de cuello y espalda. La corrección es sencilla: ejercicios para disminuir el estrés emocional y férulas de descarga para proteger los dientes durante la presión mientras se duerme.
El bruxismo, además de provocar dolores de cabeza y musculares, implica un desgaste evidente del esmalte de los dientes y ello puede comportar sensibilidad dental y mayor tendencia a la aparición de las caries.
Mala oclusión, mala digestión
Una anomalía que no es menor es la mala oclusión, es decir, cuando los dientes inferiores y los superiores no encajan como debieran (mordida cruzada, mordida abierta). Estas anomalías pueden hacer que la persona no logre masticar completamente los alimentos, con lo que puede padecer problemas digestivos. No en vano, la digestión empieza en la boca con la confluencia de la saliva con los movimientos masticatorios.
Por otro lado, una mala oclusión está relacionada con la pérdida del equilibrio. El odontólogo/a debe saber dar la mejor solución al/la paciente/a para poder corregir esta anomalía que, con el paso del tiempo, va empeorando y desencadenando mayores efectos secundarios.
La mejor solución: la prevención
Por todo ello y en especial para todos aquellos deportistas de élite, cada vez se está incluyendo más dentro de la preparación de los profesionales del deporte chequeos y revisiones bucales periódicas.
Acudiendo a un/a buen dentista, de confianza, profesional y honesto, se pueden realizar revisiones periódicas para resolver los problemas previos (caries, gingivitis, periodontitis, mala oclusión) y evitar que estas complicaciones influyan en los entrenamientos y en el resultado final.
Así como se pueden realizar tareas preventivas: fluorizaciones para proteger el esmalte, férulas de descarga, corregir con ortodoncia las oclusiones incorrectas.
En una clínica dental profesional enseñarán a cepillarse correctamente los dientes y le darán las pautas para que cada persona sepa cuidar y mantener la salud de su boca. Esta educación bucodental más una limpieza profesional con aparatos de ultrasonidos cada 6 meses o un año, permitirá mantener la higiene y , por tanto, la salud bucal y del resto del oraganismo en general. Todo está relacionado: si cuidas de tu boca, esarás cuidando de todo tu cuerpo.
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