POR QUÉ PONERSE UN IMPLANTE
Los implantes han supuesto una revolución en el mundo de la Odontología. Son los sustitutos más parecidos al diente original. Pueden durar muchos años en boca pero su integración en el hueso alveolar es extremadamente delicada por lo que se recomienda buscar la mejor calidad y la mayor profesionalidad.
El odontólogo/a debe estudiar cada caso y determinar cuándo es aconsejable un implante o cuando es mejor una prótesis sobre dientes naturales. Esto depende de cuantas piezas dentales falten, en qué posición estén y cuál sea la calidad y cantidad ósea del paciente.
La ventaja del implante es que hace las veces de raíz del diente y así evita que el hueso se reabsorba al faltarle una pieza dental. La de la prótesis convencional es que es más sencilla y económica.
Lo más ético es presentarle las dos posibilidades al paciente, con todos sus pros y contras, y que éste sea el que tome la decisión final.
Si la elección son los implantes, el profesional de la odontología debe estudiar pormenorizadamente la masa ósea de la persona para calcular si puede enraizarse bien el implante y evitar problemas en la osteointegración, porque los hay.
Implantes de calidad
Siempre se ha de confiar en que el dentista trabajará con los implantes de mayor calidad para asegurar el éxito de la intervención. Apostar por los más baratos o los que no están suficientemente testados puede acarrear serios problemas y la imposibilidad de fijar el implante de manera segura.
El implante ser de titanio, material que consigue integrarse en el hueso alveolar. Sobre éste se coloca un “pilar transepitelial” sobre el que se insertará la corona definitiva.
Las revisiones son fundamentales
Otra cosa que hay que saber es que el proceso es muy delicado y por tanto debe superar diferentes fases. Se requieren diversas visitas al dentista para completar el proceso: primero se coloca el implante en si, esperamos un periodo prudente de osteointegración y finalmente se carga el implante con una prótesis atornillada o cementada.
Una vez concluida la operación, el/la odontólogo/a vigilará la evolución de los mismos en meses sucesivos. Unos controles que se mantendrán con el paso de los años para poder detectar cualquier pequeña anomalía.
La importancia de la higiene
Para conservar el máximo tiempo posible dichos implantes, el paciente debe recibir las instrucciones necesarias para mantener una higiene oral adecuada. Si se empieza a acumular placa bacteriana y sarro, se puede producir una irritación de la mucosa llamada “mucositis periimplantaria”. Esto suele ocurrir en el 70% de los casos porque, con el paso del tiempo, se va relajando la higiene de la boca.
Ésta se caracteriza por una inflamación de los tejidos blandos que hay alrededor del implante. Puede ser reversible, si se detecta a tiempo-de ahí la importancia de acudir a las revisiones periódicas- pero si se deja evolucionar, puede derivar en “periimplantitis” que implica la pérdida de hueso y por tanto el fracaso del implante.
El tabaco: factor de riesgo
Los estudios sobre implantes realizados han podido constatar que fracasos en implantología son más elevados en paciente fumadores que en no fumadores.
Esto se explicaría porque el tabaco disminuye el torrente sanguíneo que llega a las mucosas, encías y al mismo hueso alveolar. Debido a esto, la zona intervenida cicatriza peor y hay mayor riesgo de infecciones.
Por todo ello, además de los efectos cancerígenos que el cigarro provoca en la boca del fumador, es recomendable dejar de fumar si se quieren mantener muchos años los implantes sin padecer complicaciones.
Vida normal
Con los implantes se puede comer cualquier tipo de alimento puesto que su fijación es realmente extrema, aunque siempre se recomienda no forzar en exceso la zona dónde se encuentre el implante como prevención.
Su firmeza está tan sumamente probada que se pueden incorporar prótesis removibles o fijas a los mismos sin ningún tipo de temor. El paciente notará como su mordida es tan fuerte cómo si aún conservara sus propios dientes.
Externamente tienen una apariencia muy natural y funcionalmente son excelentes.
Pacientes especiales
En el caso de pacientes diabéticos, con problemas de osteoporosis o que estén sometidos a un tratamiento anticoagulante no están contraindicados los implantes.
Simplemente habría que estudiar cada caso y tomar las medidas de precaución necesarias para evitar complicaciones a posteriori. Pero en ningún caso deben renunciar a este tipo de soluciones tan efectivas.
En el caso de las mujeres embarazadas, se debe evitar la fase quirúrgica si la gestante se haya en un estado avanzado; tanto por la molesta posición del sillón dental, como por las alteraciones hormonales que experimenta la madre y que podrían alterar el proceso de osteointegración.
Por ello, se recomienda esperar a después del parto. Puede darse el caso de que una mujer esté en pleno proceso de colocación del implante y se quede en estado durante el mismo. En este supuesto no ocurriría nada si la paciente hubiera superado la fase de cirugía y se encontrar ya en sus etapas posteriores, puesto que se corresponderían con los primeros meses del embarazo.
En todo caso, la implantología no supone ningún peligro para el feto, ni la paciente tiene más posibilidades de que fracasen sus implantes.
Por todo ello, podemos afirmar que los implantes son uno de los grandes avances de la Odontología y por tanto, un avance abismal para los pacientes. La técnica es compleja y delicada y por ello hay que buscar siempre a los mejores profesionales y exigir los materiales de mayor calidad para velar por nuestra salud y bienestar físico.
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