ORTODONCIA: EMPEZAR CUANTO ANTES
La Ortodoncia interceptiva es aquella que trata de corregir el crecimiento maxilar y facial de los niños, lo implica tener que actuar entre los 6 y los 11 años. En esa etapa, la masa ósea de los peques es aún flexible y por tanto, los cambios se realizan más fácilmente.
Por tanto, se realiza en pleno recambio de dientes-conviven los dientes de leche y los definitivos- y trata de intervenir sobre el maxilar o la mandíbula para corregir mordidas irregulares o paladares demasiado estrechos que no van a dejar que salgan correctamente los dientes definitivos por falta de espacio.
En algunos casos, con una intervención a tiempo para ensanchar el paladar se consigue que los dientes definitivos salgan ya en buena posición, con lo que se evita llevar Ortodoncia de adolescentes. En otros, será inevitable y habrá que continuar, años más tarde, con una nueva aparatología para alinearlos.
Habrá una 2ª fase de Ortodoncia
Hay distintos dispositivos-según el problema que presente cada niño/a- y el tratamiento puede durar de 6 a 18 meses. Luego puede haber un periodo de descanso-durante el que se va controlando la evolución-y, si es necesario, más adelante se inicia la un nuevo tratamiento de Ortodoncia para alinear las piezas dentales ya en la adolescencia.
Sobre los 11-12 años, ya han salido los dientes definitivos y la Ortodoncia sería ya correctiva, por tanto, para corregir la posición de los dientes. Si se observa cierto apiñamiento en los dientes de leche hay que pensar que, cuando salgan los definitivos que son de mayor tamaño, tendrán una mayor dificultad.
Paladar estrecho= apiñamiento
Estos casos suelen ser debidos a que el paladar es de pequeño tamaño y por eso, conviene agrandarlo con un aparato llamado “expansor de paladar” o “disyuntor”. El dispositivo es indoloro y va anclado a las muelas posteriores. Posee una ruedecita que los progenitores deben activar cada noche haciéndola rodar para que el aparato se vaya abriendo y se vaya ensanchando la cavidad bucal.
Este movimiento no duele, aunque los niños/as sí notarán una mayor presión durante los primeros minutos. Por eso es recomendable realizarlo de cara a la noche para que pasen las primeras horas mientras duermen.
Mandíbula prominente
Se puede observar en los niños que la mandíbula sobresale en exceso, es los que se llama “mordida Clase III” o “prognatismo”. Eso, además de romper el equilibrio facial, les va impedir masticar correctamente, afectando asimismo a las articulaciones y a la musculatura relacionadas con la mordida.
Para corregirlo existen una serie de aparatos que estimulan el desarrollo del maxilar superior o la aparatología se puede centrar exclusivamente en de frenar el crecimiento de la mandíbula.
Maxilar sobresaliente
El caso contrario es el de tener un maxilar que sobresale y desajusta la masticación. En odontología se denomina “ mordida clase II” o “retrognatismo”. En este caso, la aparatología tratará de que se desarrolle la mandíbula y de frenar el hipercrecimiento del maxilar.
Otra patología muy usual es la “mordida cruzada” que es aquella en la que las piezas dentales no encajan adecuadamente entre ellas y aunque, aparentemente, no sea algo que llame tanto la atención, a la larga está condicionando que la persona no mastique bien y esté ejerciendo fuerza con piezas dentales que no pueden soportar esa carga.
Si estos problemas maxilofaciales no se corrigen a tiempo, cuando se llega a la fase adulta la corrección es mucho más complicada y, en muchos de los casos, sólo se pueden corregir con una intervención quirúrgica.
Por tanto, a todos aquellos padres que dudan de si es bueno poner ortodoncia a los niños cuando son tan pequeños la respuesta es: sí. Es lo mejor para ellos ya que se les va a poder corregir la mala oclusión desde el primer momento y habrá niños que, gracias al ensanchamiento del paladar, los dientes definitivos les erupcionen en boca correctamente y se ahorren la Ortodoncia correctiva.
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