Invisalign: la revolución invisible en ortodoncia
La última revolución en ortodoncia se llama Invisalign; un aparato transparente-casi invisible- capaz de mover los dientes hasta posicionarlos correctamente. Es el método más caro pero el menos molesto para el paciente y el que requiere menos visitas a la clínica dental.
La revolución en el mundo de la Ortodoncia la iniciaron dos estudiantes de la Universidad de Stanford (EEUU) que no tenían ningún conocimiento de la ortodoncia: el paquistaní Zia Chishty, estudiante de informática y la norteamericana Kelsey Wirth.
Años más tarde, en Silicon Valley ambos fundarían Align Technology, empresa que, tras años de investigación, presentó en 1997 Invisalign®: unos alineadores de plástico transparentes hechos a medida, cómodos, estéticos y que el paciente se pudiera cambiar en casa.
Por experiencia propia
Zia Chishty era uno de aquellos pocos universitarios que llevaban aun aparato, en concreto un retenedor. Un día debió preguntarse: si este sencillo dispositivo puede sujetar mis dientes por qué no lo aplicamos al resto de la boca.
Así surgió la idea de que, a través de la férula y de unos “ataches” ( elementos sobresalientes que van distribuyendo la carga de las fuerzas que ejerce la férula en cada diente), se consiguiera un progresivo movimiento de todas las piezas de la boca hacia la dirección deseada.
Esto cambió la ortodoncia de manera revolucionaria ya que este sistema implica: menos visitas a la clínica dental, menos efectos secundarios (yagas, roces, heridas), mayor higiene y también, un mayor coste.
Apto o no apto para el Invisalign
Lo primero que hace el /la ortodoncista, autorizado/a por la propia marca para trabajar con esta metodología, es tomar impresiones. Según el tipo de problema que presente el paciente, el profesional, determinará si se puede solucionar con el método Invisalign o no.
Si es “apto” para esta técnica pasa a la siguiente fase: la del “ClinCheck”, dónde se le hace un estudio y se le presenta al paciente una reproducción en 3 D de cómo van a ir moviéndose sus dientes y el resultado final.
Si el paciente y el/la ortodoncista están de acuerdo, se pone el marcha el proceso de fabricación que es único para cada paciente (cada día se fabrican 80.000 alineadores) y, a las pocas semanas, se envían a la clínica dental todos los “alineadores” que el paciente va a necesitar en los próximos meses.
Se debe de llevar 22 horas al día
El o la paciente deberán seguir el plan que les proponga su ortodoncista en casa: tendrán que cambiar de “alineador” más o menos cada dos semanas, siguiendo el orden que les hayan marcado.
Para ello se necesita el compromiso de que se va a cumplir con el tratamiento que incluye llevarlo en la boca cada día unas 22 horas, de hecho sólo se extrae para las comidas.
Así como también se exige la máxima higiene en la limpieza de los dientes y el mantenimiento de los alineadores.
Entre 1.000-5.000 €
El coste oscila entre los 1.500-2.600 €, en el caso de que se requiera un tratamiento sencillo de entre 3 a 7 meses y su precio y duración pueden ascender desde los 3.450 € a los 5.400 €, para los tratamientos más largos y complejos.
El sistema es cada vez más demandado sobre todo por pacientes adultos, por su comodidad y su “invisibilidad”, lo que permite corregir los dientes sin sufrir por la aparatosidad durante el proceso de transformación.
En el caso de los adolescentes, existe un Invisalign especial para ellos: lleva unos “chivatos” en azul que van perdiendo su tonalidad hasta hacerse transparentes para recordarles a ellos o a sus progenitores que el “alineador” debe ser cambiado y se les facilita una serie de “recambios” gratuitos para prever posibles pérdidas.
Para estas edades es muy importante mentalizar a los jóvenes pacientes sobre la importancia de la higiene y de mantener el compromiso con el tratamiento.
En la Clínica Dental Bonet apostamos por esta metodología porque los resultados son evidentes y la satisfacción y comodidad de nuestros pacientes tan bien.
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