LA BOCA INFLUYE EN LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Y PULMONARES

Cada vez hay más estudios que relacionan la enfermedad periodontal con las dolencias cardíacas, pulmonares o la diabetes. Algunas de las bacterias perjudiciales que se detectan en la boca se distribuyen, a través de la sangre, por el resto del organismo, alcanzando el corazón y los pulmones. De ahí, la importancia de tener una boca sana, para tener un vida sana.

La Sociedad Española de Cardiología y la Sociedad Española de Periodoncia han llegado a la conclusión de que las personas con periodontitis-sobre todo si son hombres entre 40 y 50 años- tienen un 25-50% más de posibilidades de sufrir una cardiopatía isquémica.

La periodontitis es el trastorno que padecen las encías al recibir el ataque del sarro. Éstas reaccionan con inflamación, sangrado, retrayéndose y todo este proceso desemboca en una preocupante pérdida de hueso.

Durante este proceso de degradación se liberan grandes cantidades de mediadores inflamatorios que, a través del flujo de la sangre, llegan a cualquier rincón del cuerpo humano y, por supuesto, al corazón. Estas bacterias pueden promover la activación del endotelio vascular, favoreciendo la formación de placas de ateroma, principales desencadenantes de los accidentes cardiovasculares.

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Más riesgo de neumonía o EPOC

Una boca limpia, favorece un pulmón limpio. Recordemos que la cavidad oral está comunicada con el sistema respiratorio y por tanto, los agentes patógenos pueden pasar de una a otra. La placa dental que se forma en la cavidad oral sirve como reservorio de patógenos respiratorios que son aspirados y acceden a las vías respiratorias inferiores.

De ahí, que la enfermedad periodontal multiplique el riesgo de padecer bronquitis, neumonía o empeorar un EPOC ( Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).

La UCI y la salud bucodental

Dentro de las neumonías nosocomiales, las más graves son las que afectan a pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI) con ventilación mecánica. Estas temibles infecciones están provocadas por la aspiración de secreciones orofaríngeas hacia el tracto respiratorio inferior a través del tubo de respiración.

Como en estas situaciones es muy complejo extremar la higiene bucal, las bacterias orales potencialmente patógenas, mediante la intubación artificial, pasan de la orofaringe a la tráquea. De ahí que sería fundamental aumentar el control de la placa bacteriana en dichos pacientes.

   Diabetes: relación bidireccional

En cuanto a la diabetes, la relación entre ambas dolencias es bidireccional, es decir, una influye en la otra y viciversa. Los pacientes con periodontitis tienen más riesgo a la hora de desarrollar la diabetes y, a su vez, los pacientes diabéticos tienen 3 veces más probabilidades de padecer la enfermedad periodontal.

Aquella persona diabética que conviva con una glucemia mal controlada tiene más probabilidades de padecer una periodontitis agresiva y, por tanto, puede llegar a perder piezas dentales.

Pero, al mismo tiempo, la peridontitis puede perjudicar la evolución de la diabetes y empeorar el control glucémico.

   Boca sana, cuerpo sano

La conclusión evidente es que una buena higiene oral repercutirá en la salud en general. Esto se consigue cepillándose los dientes 3 veces al día, después de cada comida, durante dos minutos.

Se recomienda también hacerse una limpieza de boca a cargo de un buen profesional en una clínica dental al menos una vez al año. En caso de las personas con riesgo de padecer enfermedades cardiacas o pulmonares así como diabetes, estas limpiezas deberían realizarse cada 6 meses para tener un mayor control y evitar riesgos.