CUIDA TU BOCA MÁS QUE NUNCA DURANTE EL EMBARAZO
Cuando una mujer está embarazada es bueno que cuide de su boca, para poder cuidar con ello la salud de su bebé y la suya propia.
El embarazo provoca innumerables cambios hormonales en la mujer y toda esta revolución interior también se refleja en la cavidad oral. Pero no es cierta la leyenda de que cada embarazo cueste un diente a la futura madre.
Está demostrado que, si empeora la salud bucodental durante el embarazo, es más debido a un descuido de los hábitos de higiene bucal, alteraciones en la dieta, cambio en los horarios de las comidas y a los efectos de los ácidos como consecuencia de las náuseas del embarazo que a los cambios hormonales propiamente dichos.
La buena noticia es que cepillándose correctamente los dientes y la lengua, la embarazada puede mantener la salud de su boca y evitar las complicaciones orales.
Gingivitis del embarazo
Si, al cepillarse los dientes sangran las encías esta es sin duda una señal de alarma. Nuestra encías nos están enviando de que algo no va bien y de que hay riesgo de padecer gingivitis.
En lugar de “saltarse” esa zona más sensible durante el cepillado, conviene hacer justo lo contrario: con mucha suavidad, tratar de limpiarla a fondo esa encía que sangra para que vuelva a recuperar su salud.
Durante el embarazo, sobre todo a partir del segundo mes, puede aparecer la gingivitis, que es cuando las encías sangran, se inflaman o ambas cosas. Ésta va en aumento hasta el octavo mes, pero después del parto desaparece.
Esta alteración puede estar influida por los cambios vasculares y hormonales que experimenta la futura madre, pero el factor más determinante es la higiene oral. Si ésta se descuida, los efectos sobre las encías son muy negativos.
Las mujeres que ya tenían problemas gingivales antes del embarazo y no extreman su higiene oral durante estos nueve meses, tienen muchas posibilidades de que esta patología se agrave.
Granuloma del embarazo
Otra de las complicaciones orales del embarazo puede ser el “granuloma del embarazo”, que se manifiesta como una lesión abultada en la encía con tendencia a sangrar.
Ante todo tranquilidad porque se trata de una tumoración benigna, también asociada a la mala higiene oral. Cierto es que puede asustar a la futura madre, pero esta anomalía desaparece tras dar a luz.
Transmisión de caries al bebé
La madre es la mayor transmisora de caries a su bebé pero no a través de lo que come, sino por hábitos tan cotidianos como probar la comida de su bebé y compartir cuchara con él o meterse el chupete o el biberón de la criatura en su boca. Es decir, que las bacterias de la caries se pueden contagiar a través de la saliva.
De modo que, hay que evitar estas prácticas y recurrir a una cuchara propia para probar la comida infantil, por ejemplo. En todo caso, cuanto más limpia tenga la boca la madre, más sana estará la de su hijo o hija porque menos bacterias cariogénicas podrán ser transmitidas.
Madre sana, bebé sano
La mejor manera de cuidar la boca es mimar su limpieza durante todo el embarazo: cepillado 3 veces al día, con suavidad y con especial dedicación en la zona de las encías que es dónde más placa se suele acumular.
Es muy recomendable realizarse una limpieza bucodental a cargo de algún profesional en una clínica al inicio del embarazo. Así se evita que la placa se acumule en el cuello de los dientes (la zona más próxima a la encía) y que esto derive en gingivitis.
Ni los instrumentos utilizados durante dicha limpieza (detartraje), ni los productos que se emplean pueden tener efectos negativos para el feto o para la madre.
No hay ningún peligro
En el caso de tener realizarse una prueba radiológica en una consulta dental, las dosis utilizadas son muy bajas y por tanto, en principio, no tienen ningún efecto negativo ni en el feto, ni en la madre, sobre todo si éstas son radiografías digitales.
No obstante, el odontólogo/a tendrá que proteger el cuello y el abdomen de la madre con collarín y delantal de plomo para extremar todas las medidas de precaución.
A medida que avance el embarazo será más molesto para ella adaptarse a la posición del sillón dental, por esto, se recomienda realizar las revisiones y tratamientos necesarios los primeros meses del embarazo.
Periodontitis
Cuando la gingivitis se agrava, puede derivar en periodontitis cosa que implica la afectación del tejido periodontal, que son aquellos tejidos que mantienen unidos el diente con la encía.
El peligro de todo ello es que, si la periodontitis alcanza su grado más grave, se puede llegar a la movilidad de las piezas dentales y a su pérdida, ya que carecerían de sostén.
De ahí, la falsa leyenda de que “cada embarazo cuesta un diente”. Si se produce alguna pérdida dental, no es por el embarazo en sí, sino por el descuido de la higiene oral que acarrea graves consecuencias.
Ante el menor indicio: sangrado en las encías, movilidad en algún diente, observar cómo las encías se van retrayendo…es imprescindible acudir al odontólogo/a para que tome las medidas precisas lo antes posible.
El tratamiento periodontal no tiene tampoco efectos secundarios y puede realizarse mientras la embarazada aguante sin excesivas incomodidades, la posición del sillón dental en las clínicas.

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